La participación escolar. ¿Cómo mejorarla?

La participación escolar en los centros educativos está regulada por la Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación (LODE, 1985), en la que se plantea que los alumnos tienen derecho a participar en la elaboración de las normas de organización y funcionamiento del centro.

En la LODE se recogen figuras para canalizar la participación escolar, tales como las asociaciones de padres y alumnos, los delegados de grupo o la junta de delegados. Es interesante destacar que a nivel nacional existe el Consejo Escolar del Estado, un organismo de participación de los sectores relacionados con el ámbito educativo. Entre sus funciones se cuentan el asesoramiento, la consulta y la proposición de las cuestiones que consideren al gobierno.

La participación escolar enriquece al centro y a los
alumnos, puesto que genera un sentimiento de
pertenencia. Esto es muy importante en sociedades
que tienden al individualismo.

El estado de la cuestión: constatación de la baja participación escolar de padres y alumnos

En 2014, el Ministerio de Educación publicó un estudio sobre este tema, titulado La participación de las familias en la educación escolar. El documento fue presentado públicamente el 18 de noviembre de ese año.

En el texto, los autores se preguntan por la baja participación escolar. Las explicaciones que se aducen son que una minoría disconforme con el funcionamiento del centro se abstiene de participar en los procesos decisorios que tienen lugar en la escuela (por ejemplo, las elecciones a los consejos escolares) porque lo considera un "juego de suma cero" y el caso contrario. Consideran que el buen funcionamiento del centro contribuye al desinterés de la mayor parte de las familias.

Otra posible explicación, que ellos mismos admiten, en línea con lo anterior, es que el Estado ha asumido buena parte de la responsabilidad educativa. No obstante, son conscientes de que no se puede reducir la participación escolar a una mera presencia de los miembros familiares (alumnos y padres) en los órganos de decisión en la escuela. La participación tiene una naturaleza multifacética, que abarcaría, teóricamente, desde el homeschooling hasta estos mecanismos más tradicionales.

Lo más importante de este documento, empero, es la constatación, por parte de un organismo oficial del estado deficiente de la participación escolar.

Es interesante destacar como otras noticias redundan en el hecho de la escasa participación escolar. Por ejemplo, en el caso de Asturias, en 2014, solamente el 6% de los padres del total de alumnos participaban en los consejos escolares. La media nacional, en ese momento, de porcentaje de participación en estos organismos, era del 12,2%. Según se cuenta en la noticia, las familias sobreestiman su participación en lso centros escolares, por encima de la realidad que arrojan los datos.

En Castilla y León, el gobierno autonómico presupuestó 92.000€ en el curso 2020-2021 a fin de mejorar la participación de los progenitores en los centros educativos, no solamente a través del asociacionismo, sino también mediante actividades extraescolares o de formación de los padres.

¿Cómo mejorar la participación? Algunas propuestas en este sentido

Una primera respuesta está implícita en la propuesta realizada por la Junta de Castilla y León para el presente curso: las actividades extraescolares.

Teniendo en cuenta que estamos en un momento de mejora de la situación sanitaria respecto a la COVID-19, es el momento de que ciertos centros educativos recuperen algunos de los servicios que dejaron de prestar o que limitaron por esta coyuntura. Eso incluye algunos como madrugadores, y otros, como las actividades extraescolares.

A lo largo de mi vida estudiantil, he visto como desaparecían algunos clubs deportivos de centros escolares de la provincia de Valladolid. Se debería incentivar a los centros que tengan capacidad e instalaciones para ello a conformar equipos de diferentes deportes: fútbol, baloncesto, voleibol, balonmano.. Deberían promoverse ligas que permitiesen enfrentarse a estos equipos. Esto mejoraría la conexión de los padres con la escuela, e involucraría a los alumnos a la institución, desarrollando un fuerte sentimiento de pertenencia a la misma. Esto podría redundar, con el tiempo, en una mayor participación en los órganos habilitados por la ley para la participación escolar.

Otra propuesta incluye una campaña de conocimiento de los organismos de participación escolar, dirigida sobre todo a los padres. Seguramente, muchos de ellos los desconozcan, o no se sientan llamados a participar por una falta de información. Campañas dedicadas a publicitar la importancia de la participación en estos órganos podrían ser un antídoto contra el desinterés o el desconocimiento de padres y alumnos.

Un tercer eje tiene que ver con el centro, puesto que este debería (nuevamente, en la medida de sus posibilidades) llevar a cabo actividades que permitan integrar a familiares y alumnos. Talleres, cuentacuentos, competiciones deportivas, excursiones, ferias, concursos de disfraces, certámenes de teatro... Cualquier cosa que haga que el centro se convierta en un organismo vivo, vinculado con su ámbito de referencia.

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