Año 2030. ¿Ha habido cambios?

Tengo mis dudas respecto a si diez años es un tiempo suficiente como para ver cambios importantes en la sociedad. Al fin y al cabo, el sistema educativo es un subsistema del sistema social. Pueden producirse cambios en él, pero tiene sus propios ritmos y dinámicas.

Es muy probable que de aquí a 2030 se aprueben nuevas leyes educativas, a la luz de la tradicional pasión por el cambio legislativo que define la política educativa española. Esto permitirá saber si aparentes consensos como los que vemos ahora (Agenda 2030, por ejemplo) se concretarán en un futuro, o si por el contrario son meras quimeras.

Mirando hacia los primeros años de la década de 2010, creo que el mayor cambio que se ha producido en materia educativa ha sido la aparición y la democratización de las TIC. En los años 2010-2011, redes sociales como Facebook o Twitter estaban viviendo su primer auge en España. No todos los jóvenes usaban teléfonos móviles con conexión a internet (recordemos los míticos Blackberry), e incluso era extraño llevar el móvil al colegio.

Conforme fue avanzando la década, la tecnología pasó a estar mucho más accesible que nunca. Pronto llegaron WhatsApp e Instagram, y otras apps que se quedaron por el camino, como Yodel o Vine. Ahora vemos como otras, por ejemplo Tik Tok, consolidan su dominio. Todo parece avanzar a una velocidad de vértigo, incluso para nosotros, que prácticamente nos hemos criado con ordenadores.

Suponiendo que el ritmo imparable de la tecnología se mantenga en un futuro, resulta casi inimaginable saber qué avances nos deparará esta década. La educación debe evolucionar de la mano con la tecnología. Hace diez años, pocas clases de mi instituto tenían un proyector, y el centro no tenía una intranet. Hoy, la comunicación con los padres mediante la intranet está a la orden del día, y rara es la clase que no tiene un proyector o el profesor que no usa recursos digitales.

Sin embargo, está por ver que al margen de la tecnología y las leyes educativas sucedan cambios radicales en la educación. El sistema educativo seguirá estando ahí, con sus pilares bien intactos. Seguirá suponiendo un reto para muchos alumnos, y un paseo para otros. Unos lo vivirán con desgana, y otros vivirán en él los mejores años de su vida. Quizá eso forme parte de la condición humana, invariable desde tiempos remotos...

Como el dios Jano, de donde proviene nuestro sustantivo "enero",
que miraba al año que terminaba y al que empezaba, nosotros
debemos comparar el futuro con nuestro actual presente.


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